Este vino, cuyo aspecto exterior podrÃa llegar a recordar la simbologÃa masónica, viene de Cascante. Su nombre, de etimologÃa latina, viene a significar algo parecido a eterno o duradero, aunque los Guelbenzu entraron en el vino a principios del XIX, ya que siempre han estado vinculados a otras profesiones, como la polÃtica, la ingenierÃa, la abogacÃa o a las artes plásticas. La idea de montar una bodega moderna en las antiguas instalaciones de su casa madre fue decidida por los actuales representantes familiares. Su filosofÃa está clara y no admite otra lectura que el simple deseo de querer hacerlo bien, es decir, mera satisfacción personal. Este 95 se ha hecho con tres cuartas partes de cabernet sauvignon y un cuarto de tempranillo y merlot, a partes iguales. Es muy intenso en color y tarda en soltar sus aromas, pero cuando lo hace, es generoso e instigador. Su boca es voluptuosa, viva, bien construÃda, deliciosa y fundente. Sus taninos, maduros pero presentes, presagian que el vino intentará envocar su propio nombre. Quizá no sea eterno, pero su segunda o tercera edad será envidiablemete gozosa. |