Las Bodegas Luis Cañas son de ese tipo de empresas familiares que se han hido haciendo despacio, desde la base. Empezaron, como cosecheros que eran, en 1928. Dieron el salto al embotellado en 1970 y ahora son empresarios de cierto nivel, puesto que manejan 2,5 millones de litros anuales y exportan, a una quincena de paÃses, el 65 por ciento de su producción. Lo cierto es que siempre andan recogiendo premios y diplomas allá doonde presentan sus vinos. La bodega actual se estrenó en 1994. Es moderna, funcional y dotada de los últimos adelantos, pero, quizás, lo más interesante no sean las instalaciones o las 2.500 barricas que albergan, sino el viñedo. Tienen 24 hectáreas en propiedad en la zona de Villabuena de Ãlava, uno de los cogollos de La Rioja, donde la cultivan tempranillo, mazuelo, garnacha y graciano, las variedades con las que han creado esta reserva 94, de color rubÃ, cuyos aromas son predominantes frutales a pesar de dos años que ha pasado en barrica de roble francés y americano. Lo mejor es la boca. Es refinado y suave, nada tánico, vivo, alegre y con nervio suficiente para aguantar muy bien la botella. No va a la moda pero se entenderá sin pegas a la primera. |