| El Pago de Carraovejas se encuentra situado en las estribaciones de una loma desde donde, además de un hermoso paisaje de viñedo, se contemplan unas inmejorables vistas del castillo de Peñafiel. La orografÃa es suave y discurre en suave pendiente desde el cerro hasta el fondo del valle del arroyo Botijas, un marco bello y singular en el que, en 1998, pusieron sus ojos y sus ahorros un pequeño grupo de inversores al mando técnico de Tomás Postigo, enólogo y buen conocedor de la zona. En la bodega todo se montó para que el proceso de elaboración del vino funcionara por gravedad. La descarga, el transporte y las trasiegas funcionan asÃ, impidiendo presiones, fragmentaciones o aireaciones indeseables. Otra singularidad de la bodega es que suele emplear cabernet sauvignon en un 30 por ciento, algo más de lo habitual, pero que a ellos les funciona muy bien. El 95 reserva es una muestra de equilibrio de variedades y robles utilizados. Tiene de todo, todo se nota y nada se solapa ni estorba; los matices olfativos son delicados y muy personales; la boca es suave, golosa, plena en sabores y con un retrogusto que llama la atención. Este vino enamora a primera vista. |
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