| La trayectoria de la firma Frutos Villar empezó en Valladolid con el abuelo de los actuales propietarios. Los comienzos estuvieron marcados por el vino a granel de aquà y allá, aunque la base de aprovisionamiento más importante estuvo en Toro. La Bodega Santa Eulalia fue la cooperaiva de la Horra hasta el año 1988. Ese año, Frutos Villar pone a sus ojos en la Ribera del Duero y compran el 85 por ciento a un grupo de socios que permanecen todavÃa en la sociedad con 160 ha de tinto fino. Hasta que la bodega se ha puesto al dÃa, han pasado unos años. Los vinos que hoy tienen en el mercado no tienen nada que ver con los de antes. Eso es un hecho. Han cambiado mucho. Las barricas nuevas, el impulso del nuevo equipo familiar tomando posiciones en la empresa y el enólogo de la bodega han sido básicos para iniciar el despegue. Esta crianza 95 ha pasado 5 meses en barrica nueva y dos años y medio en seminueva. Es potente, con aromas cocentrados que ganarán complejidad y expresión. La boca es muy carnosa, muy tánica todavÃa. Hay que guardarlo. Estará de miedo en seis meses. Tiene garra y carácter. |
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